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Preguntas Frecuentes
Una de las preguntas frecuentes es sobre el comienzo de la ansiedad. Generalmente pueden clasificarse en grados y según el comienzo. Comenzando por aquellos que no guardan ninguna relación específica con una situación en concreto. Hasta aquellos que hablan de la predisposición o vulnerabilidad de una persona, en determinadas situaciones.
Las crisis de pánico se originan por la existencia de un «circuito evolutivo/biológico» sensibilizado, centrado en la respuesta adaptativa de la amígdala y sus interacciones con el hipocampo y la corteza prefrontal medial. La modificación de este (por los sucesivos episodios de pánico) generará una hiperactivación autonómica o una alteración neurocognitiva. Esto va a propiciar una inadecuada respuesta somática. Que no inhibe las respuestas de ansiedad y pánico. Es una perdida del “equilibrio” homeostático natural de nuestro psiquísmo, ante situaciones que no podemos controlar.
En ocasiones no somos nosotros quienes sufrimos ansiedad. Sino una de nuestras personas cercanas: Un familiar, un amigo/a o una compañera o compañero de trabajo. Hay síntomas que nos pueden dar pistas sobre si una personas allegada sufre ansiedad. Notamos que esa persona está permanentemente preocupado o preocupada por algo, en ocasiones incluso sin motivo aparente o por cosas que no son importantes. En otras ocasiones esa persona cercana puede tener miedo a fallar en situaciones de la vida cotidiana como ir al trabajo, muestra una excesiva falta de control o falta de concentración, tiene una exigencia demasiado elevada consigo misma, una autocrítica constante o incluso se queja en exceso de síntomas físicos como dolor de cabeza, de estómago, sensación de asfixia o incluso mareo… Estos son algunos ejemplos de cómo se puede sentir una persona con ansiedad. Además notaremos que se produce un deterioro social, ya que las relaciones en muchas ocasiones se hacen muy complicadas debido a esas sensaciones anteriores, a los pensamientos obsesivos, los miedos y la falta de motivación que también influirá en su desarrollo académico o laboral.
Por eso es importante una detección temprana del problema, cuánto antes se detecte y se trabaje la ansiedad, mucho mejor pronóstico y mucha mejor calidad de vida para la persona y para su entorno.
Si necesitas obtener asesoramiento o información sobre los trastornos de ansiedad, tratamientos, consecuencias y recomendaciones. Te sugerimos que siempre busques a un profesional sanitario o consultes en las páginas oficiales de la Asociación de Psiquiatría Americana o el Instituto Nacional de Seguridad Social Británico.
Debemos ser capaces de distinguir la ansiedad patológica de la normal: Si existe una causa que justifique ese ataque, si ese estado tiene un duración prolongada en el tiempo y afecta profundamente a la vida del individuo. Por eso, entendemos que si no hay una causa que justifique la ansiedad, si la ansiedad impide el desarrollo normal de las actividades básicas de la vida diaria, de las relaciones sociales o si dura más de 6 meses, es patológica y sería conveniente pedir ayuda.
En definitiva, cuando notamos que no somos capaces de funcionar con normalidad, es el momento de solicitar ayuda.
Se ha estudiado que sin tratamiento adecuado, el trastorno de pánico suele volverse crónico y fluctuar a lo largo de la vida. Con un diagnóstico peor que la depresión, generalmente un porcentaje de la personas que lo padecen usará alcohol y drogas de abuso, para buscar alivio. Lo que en conjunto limitará la calidad de vida. Empeorará la autoestima y sensación de autoeficacia y por lo tanto, tendrá efectos negativos hasta en lo económico.
En muchas ocasiones no se puede identificar con exactitud la causa de un trastorno de ansiedad. Algunas veces puede ser una causa concreta, pero en otras, también puede ser un cúmulo de situaciones. Podemos tratar de aliviar los síntomas a base de medicamentos y con la ayuda de nuestro médico de cabecera o un médico psiquiatra pero siempre es recomendable encontrar la raíz específica que nos provoca el trastorno o el estado de ansiedad, el origen.
Es ahí donde es importante la figura del psicólogo, para que nos ayude a determinar el origen de la ansiedad y que no enseñe como manejarla. Será él o ella quien determine cuál es el tratamiento más adecuado para nuestro caso específico y nos proporcionará los recursos, herramientas y habilidades adecuadas para combatir los episodios de ansiedad además de enseñarnos algunas técnicas de control. En definitiva, nos enseñará a afrontar la vida de otra manera, la mayoría de las personas no puede evaluar su propia ansiedad solo, y con la ayuda del terapeuta es posible ponerse en contacto con uno mismo, entender las raíces y los desarrollos del problema ya que facilita la toma de conciencia y te enseñará técnicas de control y estimula nuevos comportamientos. Nuestros psicólogos y psicólogas te ayudarán a mejorar tu calidad de vida.
Antes de poder establecer un adecuado tratamiento, es importante que entiendas que es un proceso que va a llevarte un tiempo estar mejor. ¿Cuánto tiempo?, es otra de las preguntas frecuentes. No podemos saberlo con exactitud. Será tú propia evolución la que nos indicará el camino. Recuerda que los síntomas físicos, los conflictos familiares, la dependencia, el impacto social y laboral; no pueden ser resueltos por fármacos, sino con un apoyo psicoterapéutico profesional. No obstante, de ser necesario, buscaremos el apoyo médico para ser más eficientes.
Como norma, los objetivos terapéuticos siempre se ajustan a cada persona y en cada situación particular, buscando reducir de forma significativa los síntomas de la ansiedad. Generando cambios en la conducta, especialmente en aquellos que tienen relación con la evitación emocional, la sensibilidad a la ansiedad, el afecto negativo, etc. Acompañando sin juzgar, en cada paso y momento.
Los estudios realizados indican que resulta más eficaz la terapia individual que la grupal. El enfoque integrativo utiliza una parte del tratamiento para el proceso de diagnóstico, donde el/la paciente realiza pre-tests para conocer el estado basal de su trastorno ansioso; y entonces poder comparar al final del tratamiento su evolución. Durante la primera entrevista, se indagará sobre la evolución, el desarrollo, datos sobre la biografía vital, entre otros. Nuestro modelo terapéutico abre problemáticas conflictivas y ocupa las primeras sesiones en realizar un completo diagnóstico comprehensivo, antes de comenzar a intervenir. CONTENCIÓN, APOYO Y DIRECCIÓN.
Sólo luego de realizar un primer diagnóstico, podremos establecer lineamientos de intervención y tratamientos, para abordar de manera más eficaz los síntomas y conseguir aliviarlos. Sólo tu compromiso, disposición y motivación; te permitirá avanzar y mejorar tu estado de ánimo. No existe una regla pre-establecida, y como cualquier proceso, tiene subidas y bajadas, así que va a llevarte tiempo estar mejor.
A veces entre las preguntas frecuentes esta reconocer cuando una persona sufre un ataque de ansiedad, o más aún por ejemplo, un ataque de pánico, suele aparecer lo que denominamos como “hiperventilación”. Es aquella respiración que está por encima de las necesidades de nuestro cuerpo, es para entendernos, una respiración excesiva: Se respira demasiado, con grandes bocanadas de aire, se respira superficialmente. Esto nos lleva a experimentar unas sensaciones desagradables que aumentan la ansiedad, como si fuera un círculo vicioso. Notamos mareos, tensión muscular, dificultades de visión, palpitaciones… A su vez, la persona que lo experimenta puede sentir incluso la sensación de que va a morir. Cuando una persona hiperventila, lo que hace es alterar las proporciones adecuadas de oxígeno y dióxido de carbono que existen en la sangre. Nuestro cuerpo, que es inteligente, al detectar que esto sucede, intentará poner remedio y nos fuerza a respirar a un ritmo más bajo del que llevamos y esto provoca una sensación de asfixia o sensación de falta de aire. Son, como decimos, sensaciones muy desagradables e incómodas, pero no son peligrosas en su mayoría. Y es por eso, por lo que es importante aprender a manejar y controlar la respiración en estos casos. Nuestro equipo de médicos y psicólogos/as te ayudarán a controlarlas e incluso a evitar que se provoquen.
Las personas no mostramos los mismos síntomas ante las mismas situaciones. Cada individuo, debido a la predisposición biológica o al aprendizaje muestra sus propias respuestas de ansiedad. Hay personas que muestran mucha tensión muscular y otros que experimentan mareos o sudoración excesiva en la misma situación.
Una misma situación nos afecta de manera diferente por varios motivos como señalamos: Pueden ser factores biológicos que están marcados desde el nacimiento como los temblores o la sudoración o los factores de aprendizaje, ya que durante nuestro desarrollo aprendemos una serie de respuestas que con el paso del tiempo se condicionan y se tienen a repetir de manera mecánica lo que provoca en el individuo una escasa sensación de control. Y es que, hay personas que tienen tendencia individual a reaccionar de forma ansiosa. Nuestro equipo de psicólogos/as te ayudará a adquirir las herramientas necesarias para que puedas controlar las situaciones de la misma manera eficaz que lo hace una persona que controla su ansiedad y responderá todas tus preguntas frecuentes.
Esta demostrado que en muchos casos, la combinación del tratamiento psicofarmacológico con la psicoterapia adecuada reduce el tiempo necesario de tratamiento y mejora la sintomatología ansiosa. Eso sí, siempre en seguimiento y recomendación del médico psiquiatra.
Los psicólogos autorizados están altamente calificados para diagnosticar y tratar los trastornos de ansiedad. Su formación incluye la utilización de una variedad de técnicas como la CBT o terapia cognitiva, de conducta, psicoterapia breve o focalizada, entre otras.
Los psicólogos autorizados para ejercer están altamente calificados para diagnosticar y tratar los trastornos de ansiedad. El entrenamiento extenso a cual se sujeten los psicólogos incluye el conocimiento y uso de una variedad de psicoterapias, incluso CBT o terapia cognitiva y de conducta.
Las personas que sufren de trastornos de ansiedad también deben considerar estar en programas de tratamiento especializado dedicados a tratar trastornos específicos de ansiedad en los cuales se combina el apoyo terapéutico, médico y familiar.
Siempre consulta con profesionales sanitarios acreditados. La ansiedad es una de las preguntas frecuentes de los problema de salud mental y no puede ser ni diagnosticada ni tratada, por coach, pseudoterapias o cualquier tipo de intervención que pueda poner en riesgo tu salud. Generalmente recibimos a personas que llevan años “mal tratadas” en relación a su trastorno de ansiedad por muchos intentos (bien intencionados o no), pero no profesionales sobre su problemática de salud. Lo que al final hace que los problemas tiendan a volverse crónicos y más graves.
Esta es una las preguntas frecuentes que más recibimos por email. La relación en la mejoría de los síntomas, la calidad de vida y la vuelta a la normalidad no es simple. Para quien la padece, más allá de si la ansiedad se cura o se mejora, se activa o desactiva, se controla, es crónica, episódica o coyuntural, las cuestiones básicas, tangibles y nada especulativas son dos: por un lado, si la ansiedad genera problemas importantes de salud y, por otro, si resulta incapacitante, de modo significativo, respecto de los proyectos de la persona o el mantenimiento de su estatus quo social, laboral, de salud, etc.
Diversas investigaciones señalan una mayor predisposición de sufrir ansiedad en mujeres que en hombres. No obstante, la gran mayoría no se ha realizado bajo la premisa de la visión transversal en los estudios de género, por lo cual sus resultados pueden estar sesgados. Otra de las preguntas frecuentes es sobre si afecta a todos por igual. La realidad es que la ansiedad la padecen tantos niños como niñas, hombres o mujeres, de forma transversal a lo largo de su vida.
Es importante que recibas ayuda profesional
Hay situaciones en la que la ansiedad es muy alta y limitante en la vida cotidiana. Allí, si no recibe tratamiento, tiende a cronificarse. Es decir, se vuelve parte de nuestra cotidianidad, limitando nuestras capacidades y generando un gran malestar psíco-físico y emocional. Los trastornos de ansiedad pueden deteriorar nuestras relaciones sociales, trabajo y condicionar nuestras decisiones futuras.